La verdad que cuando viajo no me gusta dejar el coche en la calle, sobre todo en sitios en los que no transita mucha gente, por mi trabajo debo viajar de vez en cuando y en vez de viajar en trasporte público prefiero llevarme mi coche, me da mucha más libertad sobre todo cuando se trata de los horarios, no debo estar pendiente a perder el tren y puedo entretenerme o no dependiendo de la prisa que lleve. Pero claro siempre que me hospedo en algún hotel hay veces en las que no dispone de parquin cerrado y debo dejar el coche fuera a la intemperie y a manos de cualquiera que pase por ahí. Aunque no lo creamos el vandalismo lo tenemos mucho más cerca de lo que pensamos ya que en muchas ocasiones me han arrancado un retrovisor o se han llevado los tapones de las ruedas o hubo otra vez que me rompieron un cristal pero desde luego lo de esta última vez ya ha sido lo peor ya que en mi último viaje tuve que dejar el coche más bien retirado y cuando llegué a la mañana siguiente le habían prendido fuego, así como os lo cuento.
No os podéis imaginar la cara que se me quedó cuando vi mi coche totalmente calcinado una sensación poco agradable en la que no sabes si reír o si llorar, enseguida me puse en contacto con mi seguro para que una grúa se personase en el lugar al igual que la policía y claro como no había testigos ni nada aunque pusiera la denuncia no iba a trascender mucho más, claro mi seguro el incendio no me lo cubría por lo que me tuve que poner en contacto con un desguace cercano para poder llevar el vehículo. Menos mal que ellos se encargan de todo hasta de dar de baja vehiculo por lo que yo lo único que tuve que hacer es marcharme a buscar un tren que me trajera a mi casa y empezar a buscar un coche nuevo, desde luego no vuelvo a coger nunca más un hotel que no disponga de parquin ni lo dejo en un sitio que apenas pase gente aunque me tenga que ir al mismísimo centro de la ciudad. La verdad que como bien dicen hoy en día la vida está muy mala y no te puedes fiar ni de tu sombra.